El blog lo inicié cuando llevaba tiempo viendo lo que estaba sucediendo en los conciertos de rock, rap, ska y diversa típica música si sigues las siguientes sugerencias que te oferta Youtube si tecleas «La Raíz»:

Para mi están siendo clave muchos grupos de mujeres que están revolucionando el panorama del rap.                                    Aquí ejemplos:

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Hay un grupo que tiene, desde hace algún tiempo, especial relevancia en el mundo del rock-ska**. Sin embargo aunque las letras son buenas y tienen muchos conceptos críticos que sirven para deconstruir muchas ideas acerca del patriarcado, lo que nos están mostrando sobre el escenario, y en el público vuelve a ser otra cosa.

Primeramente vuelve a ser un grupo que deja relegado el papel de la mujer, en el mundo de la música, de cantante. No llego a comprender como se puede crear un grupo que quiera ser inclusivo y vuelva a reproducir este modelo; no puedo creerme que no encontrasen guitarristas, bajistas o baterías mujeres.

Por otra parte cuando vas a un concierto de este grupo lo que te encuentras «ahí abajo» es muy distinto. Mientras todos los tíos corean a unísono “No es no” y “Yo si te creo”, vuelve a pasar lo que tanto criticaba en el  primer artículo (El rock: el supuesto modelo alternativo asentado en una base patriarcal.) se produce una ocupación del espacio de la pista, y por tanto, de mi cuerpo-territorio. Mientras el grupo de arriba crea letras que habla sobre la desigualdad, la violencia que sufrimos las mujeres, sobre cánones de belleza, en definitiva, sobre cambiar la estructura patriarcal, vuelven a dejar que el público de abajo realice otras violencias sobre las mujeres.

No llego a comprender porqué no comienzan a demandar pedir la creación de “Pogos inclusivos” o que se respete a las que están abajo. Parece que es mucho más fácil corear violencias mucho más físicas-directas (como el tema de la Manada) y no comenzar a tratar aspectos simbólicos que justo legitiman que estas conductas puedan estar dándose. Quizá subir te ha hecho perder la perspectiva de género, o ser menos crítica con nuestro (izquierdoso) sector: permitir conductas abusivas porque, en fin, el público es el que es y hay que vender.

Esta clase de feminismo light no nos beneficia. Tenemos que ser coherentes. No vale teorizar en canciones imaginando una vida utópica si en la realidad estamos permitiendo otras cosas. Debemos confrontar contra nuestros “camaradas” para, como ya decía, crear espacios inclusivos, redefinidos, no violentos, donde si entran en contexto los verdaderos valores del feminismo.

Me gustaría rescatar, para que no sea un artículo tan negativo, como si puedo apreciar como las mujeres del mundo del rap sí que están redefiniendo los conciertos y la música que crean; confrontan directamente, y sin tapujos en la boca, a sus supuestos “compañeros” del mundo de la música, siendo mucho más combativas y dejando de lado la función que se nos ha dado a la mujer: agradar a todo el mundo.

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Ellas también están siendo mucho más exigentes, están creando grupos dirigidos y producidos por mujeres, para llegar a calar y cambiar este mundo de la industria de la música.

 

 

 

* No me parecía positivo evidenciar de una forma tan pública a un grupo que, dentro de los márgenes, ha intentado deconstruir algunos conceptos. Señalar el nombre de forma directa, dejemos a la libre imaginación, sería un acto desleal. Como ya sabemos entre el feminismo tratamos de fomentar la sororidad.